La Enseñanza te indica que, para llegar a generar la realidad que quieras generar, una clave fundamental es la direccionalidad. Moverte hacia plasmar tu resultado, de acuerdo con los Pasos indicados por el Método Iniciático.


Ahora bien, la direccionalidad no puede depender de que otro te empuje constantemente. Si en tu propia relación de pareja, tienes que recordarle todo el tiempo a la otra persona qué se comprometió a hacer contigo, qué días os podríais encontrar, qué viajes realizar juntos... mientras la otra persona no tiene iniciativa alguna, en realidad no se puede decir que tu compañero quiera estar contigo. No se dirige a hacer crecer vuestra relación, sino que se ha entregado a la rutina.


Esa misma lógica hay que llevarla a tu terreno interior. Yo participo en las actividades formativas de Enseñantes que brinda la Escuela E.D.I.P.O., y me he comprometido públicamente a alcanzar cierto nivel llamado "Enseñante Consonante Supervisor", nivel que tiene unas funciones y requisitos particulares.


Yo cumplí algunos de esos referentes y lo hablé en una actividad de la Escuela... pero, al hacer mi presentación, nunca siquiera mencioné que en realidad solo decía algo después de muchos, muchos meses de espera (casi un año, de hecho), ni que únicamente lo hacía después de que José Luis había vuelto a exponer dicha posibilidad de Enseñantes ante los Compañeros. 


Yo quiero Enseñar a generar realidad propia sin depender del otro. Por tanto, no es coherente que yo dé pasos a cumplir mi palabra solamente después de que el otro tenga que recordarme que aún no la respeté. Si a tu hijo tienes que decirle todo el tiempo que estudie, y no lo hace cuando no se lo dices, entonces no ha madurado todavía. No te puedes fiar de que un día diga "ya estudié" si necesitó que se lo dijeras antes.


Mientras yo no desarrolle en mí la madurez de cumplir lo que digo que voy a hacer, sin ambivalencias, no soy yo, sino solo un pelele manejado por las cuerdas de mi ego.


Ramsés Narciso Cabrera Olivares