Desde temprana edad, tal vez desde los 13 ó 14 años, me surgían preguntas tales como:
¿para qué estoy viva? ¿por qué nací en este mundo?
En la escuela secundaria mientras estudiaba química me preguntaba:Si la materia está conformada de átomos y en los átomos hay vacío...y yo estoy hecha de átomos entonces yo...soy vacío?
Me generaba tal nivel de angustia que no podía soportar...
No había alguien cerca mío con quien yo pudiera hablar de estas cosas.
Recuerdo aquella tarde cuando muy angustiada miraba ese armario mientras pensaba: si yo fuera un pedazo de madera de ese armario...no sentiría esta angustia...y se me cruzó fugazmente un pensamiento:
"¿Seria tal vez mejor ser un objeto para no sentir esta angustia...?"
Tiempo después la Enseñanza me dio la Respuesta, pero en aquel momento, lo único que creía que podía hacer para llevar una "vida normal" era tratar de no pensar mucho en eso...
En 1969 el psicoanalista Jacques Lacan formuló Los 4 Discursos, en donde habló del “objeto”: El discurso del analista, el de la histeria, el del Amo y el Universitario, que se manifiestan en el lenguaje en la vida cotidiana, donde lo más habitual es que vayamos al lugar de objeto…!
Palabra que puede de ser leída como sustantivo o como Verbo.
“Yo me hago objeto del deseo del otro” (sustantivo) o “Yo Objeto” (del Verbo objetar) siendo Éste el Lugar Desde Donde la única Enseñanza Original nos propicia Recorrer el Camino hacia la Divinidad.
Quiero analogar aquel momento en que me pregunté si ir al lugar de objeto me salvaría de la Angustia con momentos posteriores y actuales en los que me descubrí y me descubro actuando al objeto del deseo del otro ¿Cuál otro? la sociedad, la familia, los paradigmas imperantes, cárcel que se rearma una y otra vez y que como nos Enseña la Enseñanza hay Momentos claves para tomar a la Angustia como Aliada para propulsionarnos hacia salir de la cárcel para seguir Caminando...
Graciela Díaz
Puerto Morelos, Quintana Roo, México. 29 de Junio de 2020