Hola a todos!!


En Enseñanza aprendemos que la realidad de cada quien la generamos de lo sutil a lo denso, que la cuestión que quiero lograr en lo denso primero tengo que lograrla en lo sutil. Que no es por el obstáculo que está afuera que no logro las cuestiones, sino que es por lo no resuelto en mí.


Gracias a lo que vengo Recorriendo de los 4 Principios de la Enseñanza, en particular, del Principio de Emanación, reconozco en mi cotidianidad que lo que emano dice mucho más que cualquier palabra que yo pueda decir. Lo que emano lo transmito íntegro, sin filtros y sin posibilidad de maquillarlo, como si trato de maquillar los fallidos cuando hablo. Sin embargo, lo que emano habla por sí mismo aún cuando guardo silencio.


También lo que emano queda de manifiesto en mis relaciones personales. Por yo emanar desvalorización, lo que encuentro afuera son personas que también me desvalorizan. Antes de Recorrer Enseñanza, invertí mucha energía en quejarme del otro afuera, según lo que alcanzaba a comprender entonces era el otro el responsable de lo que me sucedía, y yo me colocaba en el lugar de víctima.


En cambio, si me enfoco en mí, si yo asumo la responsabilidad sobre mi vida, nada de lo que hace o no hace el otro afuera determina sobre mi realidad. Me tengo que encargar vez a vez de estar atenta a lo que emano, de vaciarme del savikalpa de que lo mío es valioso si el otro afuera dice que es valioso, y si no lo dice, entonces no lo es. Vez a vez tengo que estar atenta, y bloquear la demanda de mí yo, la identificación familiar a la que tiene que complacer al otro para que el otro me valorice. Si no bloqueo eso, es eso lo que emano.


Y es también por lo que el otro afuera me devuelve en espejo que no me puedo hacer la boluda. Si atraigo las relaciones que quiero atraer es que estoy considerando vaciarme de lo que me tengo que vaciar, si las relaciones que atraigo no son armónicas a mi deseo, es que quien emana es mi yo.


Y esto lo puedo comprobar también en mi relación de pareja. No es que me puedo hacer creer que porque mi compañero de vida y yo llevamos juntos muchos años, el ya me conoce y me puedo descansar en eso. Es que él se encarga de recordármelo cuando no enano lo que quiero y permito instalarme en la nenita demandante de atención.


Si en mi trabajo no emano la abogada segura y a la vez sensible, lo que ubico en las reuniones, directamente no entra. En cada situación e instante a instante, si no estoy atenta a lo que emano, acorde a la fuerza 1 que decido, aunque lo que ubique esté técnicamente bien, no es considerado. Es impresionante que gracias a la Enseñanza se me acaban todas las justificaciones.


En mi lugar de trabajo anterior, si algún ciudadano llega muy enojado, mis compañeros tratan de que yo lo atienda, y ahí tengo que encargarme de emanar delicadeza y firmeza a la vez. Esto lo compruebo vez a vez, porque muchas veces quien emana es mi yo, y el entramado me devuelve en espejo eso que mi yo emana: ubique lo que le ubique respecto del conflicto de que se trate, los implicados ni se interesan en escucharme.


Es clarísimo que sin el Guerrero en mí, mi yo me arrastra al abismo. Es imprescindible mi Viaje Interior, asegurarme de que desde lo sutil considero lo que tengo que considerar. Sin mi Viaje Interior, lo que está en mí es el hábito de mi yo, y eso pudre también las relaciones, las marchita, porque lo que no evoluciona tiende a morirse…


Es urgentísimo que vez a vez Yo me vacíe de lo que me tengo que vaciar, y decida lo que quiero emanar, y de ahí en más, generar también las relaciones que quiero, en todos los ámbitos de mi vida.


Gracias!!