En una reciente ocasión anterior he contado acerca de algo que JL nos ha aportado a Carö y a mí para atravesar una situación ante la cual la mayoría no tiene respuesta.


¿A quién se le ocurriría que a dónde uno tiene que dirigirse mientras está internado en el hospital -haciendo quimioterapia por leucemia- es a la alegría?


Tan antiintuitiva respuesta, la de encontrar motivos Metódicos por los que estar alegres en un momento así, demostró no solamente que funciona y que conecta con la vida, sino también que mueve muy poderosamente el entramado.


Poco tiempo después de salir de la primera internación de Carö en el hospital, nos enteramos de que JL iría al estadio de Vélez a ver a Fito Páez, y a Carö y a mí se nos ocurrió la loca idea de acercarnos allí y encontrarnos con él, aún ante las bajísimas probabilidades de encontrar una aguna en mil pajares.


Mientras íbamos hacia allí, nos encontramos con alguien a quien le llamó la atención lo alegres que estábamos aún atravesando semejante situación, y hablamos unos momentos de lo vital que es estar alegres... Para entonces llegar al estadio de Vélez, y escuchar desde la calle que en la conclusión del concierto Fito estaba hablando casualmente de... La Alegría!! Como si fuera poco, a los pocos minutos... Encontramos a JL!! Y nos dimos un abrazo que nos cargó superlativamente de energía!!


Y por si no era suficiente milagro... A la semana siguiente, mientras Carö hacía su segunda Internación para sesiones de quimioterapia... Un día por la puerta apareció un payaso!! Y nos contó por qué se dedica a alegrar a la gente en los hospitales: cuando él mismo había estado internado y en peligro de muerte, Fito Páez le envió un video cantando "Y dale alegría a mi corazón".


Gracias a lo que recorremos en Enseñanza contamos con cuestiones absolutamente diferenciales con Entramados impresionantes como los que aquí cuento...

Al mismo tiempo el entramado me recuerda cada día que por todo lo que no aplico de Enseñanza es que estoy desprotegido y por lo cual entran cosas a mi vida que son las que yo quiero que no entren.


Manuel Villar Lifac