¡Hola!


En esta entrada, quiero hacer hincapié en una cuestión que El Método nos Enseña a Considerar, nuestra relación a la falla. Y que tal como cualquiera lo puede comprobar, generalmente cuando nos las vemos con la falla, con algo que tenemos que atravesar, con algo que cambió nuestros planes, o nos desvió de eso que queremos alcanzar, lo primero que tendemos a hacer automaticamente es a "justificarnos", y ver todas las vías con las que evitar tener que vernosla con eso.


En Enseñanza, eso está absolutamente mapeado, y tiene sus diferencias también en cuanto al cuadrante en el que nos atrapa la situación, hablando en términos de la Lógica Perciana que también el Camino nos Enseña a Considerar.


A diferencia de lo que en "lo cotidiano" se suele hacer respecto a la falla que se presenta, en Enseñanza aprendemos a Reconocerla, a vernosla de frente con eso, para Aprender, para Desocultar lo que hay que Desocultar, y Responder ante eso que surge, exigiendonos nuevos circuitos continuamente.


El día de ayer casualmente y muy bochornosamente no me di por enterado de una convocatoria super diferencial que se realizó en la Escuela, para quienes estamos en los niveles más avanzados de Recorrido e Implicación, y ante tan diferencial oportunidad lo que actué es la ausencia absoluta, ya que aún cuando fue avisado con suficientes minutos de anticipación, yo ni me di por enterado, lo cual confirma la ausencia que me permito también en diferentes ámbitos de mi vida, y que no se restringe a esta oportunidad.


Digo esto porque no quiero ocultar la cuestión de que aún con las cuestiones que estoy logrando avanzar en Mi Recorrido, en mis emprendimientos, y todas las cuestiones que estoy Logrando y que antes no... también es evidente y cada vez más confirmatorio el nivel de ausencia que me permito en muchas cuestiones de mi vida... y que no se trata de una "ausencia" aislada, o de que la falla sea chiquita, sino que esa ausencia mientras no me encargue de Responder ante eso, va infectando cada vez más y más áreas de mi vida.


Atentamente,

Juan José