Muchas veces, completas varias tareas con otras personas y te sientes satisfecho de haber cumplido lo que crees que es tu parte. Pero ¿es suficiente con hacer simplemente?


Para una actividad donde participo en la Escuela, yo me había comprometido a enviar un vídeo presentando una anécdota que habíamos vivido mis Compañeros y yo con José Luis en el fin de semana reciente. Me consideré satisfecho solamente con haber generado el vídeo. ¿Qué más había de hacer?


La Enseñanza te indica que, con independencia de los haceres físicos, lo importante es lo sutil, y la primera coordenada sutil a la que hay que atender es a considerar la falla en el desde dónde, el programa automático que cada quien sigue en todo lo que hace y no hace, y que por eso te imposibilita generar tu propia realidad.


Mi falla es intelectualizar, dejar las cosas en nivel de pensamiento. Pensé que con enviar el vídeo era suficiente, pero no consideré que también debía comunicar quiénes habíamos decidido enviar los vídeos y con qué contenidos cada uno. Llegó la hora, y por haber caído en la espera (una de las tres esfinges), perdí la oportunidad de que se utilizara mi vídeo en la actividad.


Me limité a hacer cosas sin llegar al fondo de la cuestión. Y por eso que no hice, estropeé mi oportunidad. Mientras yo no llegue al fondo de todas y cada de las cuestiones que me comprometo a realizar y respetar, no soy yo.


Ramsés Narciso Cabrera Olivares