Estoy agradecido a la vida y mi entramado de contar con el grandioso privilegio de estar en la Escuela E.D.I.P.O.


Me sucede muy a menudo que cuando comparto momentos con personas que no tienen Enseñanza, tengo la ventaja de ver cuestiones en la situación que los otros no ven y tengo la oportunidad y la responsabilidad de ponerme a la altura del lugar de Enseñante y hacer de cada situación algo valioso, interesandome en que lo que ahí sucede realmente aporte a mi vida y no se reduzca a un pasatiempo.


Afortunadamente cada vez son más las personas que se acercan a mí por transferencia positiva y se interesan en mi y en lo que yo ofrezco como ser numerología, los productos que vendo en mi empresa, etc. La Enseñanza me advierte que en cada situación me tengo que interesar en mí, en brillar y hacer brillar lo que hago en la situación.


Decidí hablar de esto ya que en estos días inició la primavera y me resulta muy propicio aprovechar este tiempo para pensar que es lo que yo quiero que florezca y que es lo que estoy emanando en lo que hago.


También así y más importante aún, es tener en cuenta qué es lo que no quiero que entre en mi vida y entra, y qué es lo que si quiero que entre en mi vida y no entra. Y es en este punto donde reconozco que aún el yo me hace chocar ante mi falla de dejar en Anhelo lo que yo deseo. De donde más obtengo energía, brillo y vida, es en los encuentros de las Reuniones presenciales junto a José Luis, y muy idiotamente me sigo permitiendo dejarme por fuera de tan valiosas oportunidades.


El brillo que verdaderamente importa, es el de lo Divino, si no me intereso en conectar con Eso, el brillo que emano es del yo y para el yo.


Juan Ignacio Olveira Anello.