Llegas al pub popular del distrito y encuentras a alguien que te gusta. Te encantaría conocerla o conocerlo y tal vez dar lugar a un más allá con esa persona. ¿Qué hacer en una situación así? A muchas personas que somos de naturaleza tímida, nos salen al cruce numerosas barreras internas. Miedos, incertidumbres, certezas de que la situación no va a llegar a buen puerto...


Sin embargo, tener Método te aporta la Mayor Diferencia, frente a quien o no se integra a bordes así o directamente se paraliza en la situación. La parálisis en mi caso se suele traducir en mirar desde lejos, esperando un cruce de miradas que, de tanto esperar (una de las esfinges), nunca llega. Es cierto que se puede usar la mirada, pero para usarla, primero tienes que apropiártela, no dejar que te use a ti.


Y en efecto, tal y como me enseñan los Momentos de Enseñanza más Elevados (por ejemplo, las Cenas, Jornadas y Viajes Más Allá de lo Prepactado), hay que meterse en la situación, dirigirte a tu objetivo usando lo que pasa en la situación. Sentarse en la silla y mirar cómo discurre el evento te convierte en un mueble con capacidad de emitir sonidos, nada más.


En una noche reciente, después de hartarme de lanzar supuestas miraditas, me di una sutil patada en las posaderas y me animé a hablar con el hombre que me gustaba. Al final de la noche, después de una extensa conversación y muchas cervezas de por medio, había logrado su teléfono. Me llevé tanto un real (su número de contacto), como un avance simbólico (dar el paso adelante ante el automatismo de no ir más allá de la mirada), habiendo bloqueado la idea imaginaria de que "de tanto mirar, al final voy a conseguir avanzar".


Esas Claves son las que obtienes gracias a Recorrer Método. Al mismo tiempo, también te ayudan a calibrar y detectar dónde chocaste por no aplicarlas. En el Viaje a Madrid recientemente, aunque aporté a los Momentos por vía de responder a preguntas, intercalar comentarios, etc., no fui más allá de los límites del yo. Hacer comentarios por hacer comentarios no pasa de hacer charla, y si solamente respondes a lo que plantea el otro, en realidad no pusiste cartas propias sobre la mesa.


Sí, hay que considerar lo que el otro pone, más aún si es el otro el que propicia el evento (de la misma manera que en cualquier situación de la vida, como sucede, por nombrar un ejemplo, en una empresa; si no la creaste tú, entonces tienes que respetar las reglas y condiciones que puso el otro). Pero donde se juegan las castañas de verdad es en lograr, usando lo que el otro pone en juego, plantear tus cartas, hacer tu jugada y llegar adonde quieres. Por ejemplo, en tu cena de negocios con tales clientes o con la gente de tu empresa, ganarte el contacto, introducir tu proyecto, obtener apoyos para ascender... Pueden ser muchas cosas diferentes; todo dependerá de las Coordenadas desde las cuales establezcas tu Plan Metódico.


Y el campo de las relaciones, los contactos interpersonales, es un campo de aplicación tan rico como lo es toda la vida en general. Es cotidianeidad pura, o sea, terreno fértil para tu Plan.


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Ramsés Cabrera Olivares

Soy enseñante habilitado por la Escuela a nivel explicativo desde 2017. También participo en la Comisión Directiva de Canal MMAPPA, la revista de la E.D.I.P.O. Enseño la Enseñanza a través de distintas conferencias profesionales, videoblogs, podcasts, directos de Instagram, programas en redes sociales, canales de Youtube, entre otros medios de comunicación.