Hola a todos!


Hoy concluye el mes de agosto, mes en que tanto en el hemisferio norte por las vacaciones, como en el hemisferio sur, por el frío, el yo lo usa a favor del no crecimiento en cada uno. El yo es experto en eso, y en el mes de agosto, tal cual nos enseñan las Culturas Originarias, eso está aun más posibilitado.


Aún advertidísima como estoy al respecto, ya que tal cual aprendemos en Enseñanza, mi yo usa lo que Yo no uso, otra vez durante el mes de agosto, en las reuniones entre compañeros que recorremos la actividad analítica más avanzada de Nuestra Escuela, otra vez me he permitido ubicar cuestiones muy mínimas.


Es una horrenda serie en mí que considero cuestiones a ubicar desde antes de las reuniones entre nosotros y luego no me hago lugar para situarlas, directamente me aferro a lo que mi yo me demanda, y yo misma boicoteo lo que tengo para ubicar. Es tan ridículo lo que me permito, que, en ocasiones, otros Compañeros sitúan lo que yo había pensado, y en ese caso, me limito a lamentarme internamente, y a poner por escrito “iba a decir eso”. No es admisible que a estas alturas de mi Recorrido siga sin anotar falla en instalarme en el lugar de nena que mira de afuera las cuestiones, con todo el peligro que ello conlleva.


Lo que queda claro es que sigo sin tener entre ceja y ceja la Respuesta, que no hay donde leer mi Respuesta ante el no que mi yo pone, permitiendo que eso se transforme en todo no. Que si vengo considerando cuestiones en lo cotidiano, integrando horarios hacia no desplazar las Actividades de Enseñanza, pero no es que puedo sostener que con lo que sí ya es Respuesta, ya que me permito ni considerar lo que por Método tengo que considerar, y eso mi yo lo transforma en todo no. Inclusive, armé un listado de las cuestiones que son todo no en mi vida (todavía son muchísimas, aunque son algunas menos que hace unos meses). Ese listado dice de la desidia en mí.


También reconozco que ante el enojo del otro, lo automático en mí es ir a esconderme debajo de la cama. Mi yo teme que el otro afuera se enoje, sobre todo si quien se enoja es alguien a quien le supongo un saber. Ante el enojo, no es que armo mi estrategia para ubicar lo mío, usando ese enojo a mi favor, ante el enojo satisfago la demanda, me callo; y luego me permito la rumia mental y la angustiadita, en función de perjudicarme a mí misma.


Digo que me corresponde rectificar. Digo que deseo aprender de la tempestad que transito (tal cual ubiqué en la entrada anterior), y que vengo armando mi plan hacia que no sea lo mismo transitar la tempestad que no transitarla. Y eso tengo que dejarlo dicho en Acto, anudándolo a los tres Registros.


Gracias!