¡¡Hola a todos!!
Una de las maravillas que nos brinda la Magia, es también el regalo de que cada quien tengamos las relaciones que queremos tener. Me refiero a todo tipo de relaciones, más allá de aquellos de quien nuestros yoes dice: esta persona sí, o esta persona no. Y en tener las relaciones que quiero tener, se juega también qué de mí, desde donde me relaciono, con todo lo que eso implica.
En mi caso, es muy difícil generar y sostener las relaciones que quiero con mis sobrinos adolescentes. Mi yo me hace creer que es imposible disfrutar con ellos, que tienen un universo propio e inaccesible, y varias excusas de ese tipo. Para mí es un borde disfrutar de mi relación con mis sobrinos de esa edad, lograr complicidad, hacer cuestiones juntos, lograr que descubran que existe un más allá a la pantalla de la tablet o del teléfono móvil. En algunas ocasiones en que coincidimos en reuniones familiares, por caso desde el salón de la casa de mi mamá les envío un wasap para comprobar que están bien.
Me dí cuenta que me he venido comiendo las justificaciones que mi yo me tira respecto de mis relaciones con ellos, por lo que decidí entonces aplicar la Magia. Detecté que según mi yo no puedo dedicarles tiempo, que tengo otras muchas cuestiones más importantes que hacer, que tratar de hacer cuestiones juntos es “misión imposible” … Dado que emano eso desde lo sutil, eso mismo es lo que densifico. Mis sobrinos adolescentes no se habían pronunciado antes a estar en mi casa más allá de la visita que a veces hacen con mis hermanos, ni de mi lado había considerado invitarles.
Aprovechando lo que recorro respecto de las relaciones, y exhortándome a considerar lo que no, es que invité a dos de mis sobrinos a mi casa en los fines de semana de julio, ya que durante los fines de semana no tengo que acudir a mi lugar de trabajo. Comprobé que ellos y yo compartíamos el mismo foco inferior de hacernos creer que transitamos etapas distintas, que ambos consideramos que lo del otro son cuestiones ajenas, muy distantes en el tiempo y en el espacio, que mientras yo les considero absorbidos por la tecnología e inventando términos en un lenguaje de la edades de 14 a 17 años, ellos consideran que lo que yo hago es demasiado serio y aburrido, cuestiones “de mayores” que por ahora no les interesan.
Una vez que detecté el foco inferior, vengo considerando que, tal cual nos Enseña el Método de la Magia, desde donde le hablo al otro afuera, el otro me habla a mí. Yo he venido hablando a mis sobrinos desde ese lugar de “ya crecerá”, “ya vendrá otra época en que nos comuniquemos mejor”, y eso mismo mis sobrinos lo detectan, y me contestan desde ese mismo lugar. Entonces, decidí hacerles la propuesta de que vinieran a mi casa durante los fines de semana del mes de julio, hacia atravesar el borde que mi yo dice. Me decidí a emanar alegría, y a atravesar la extrañeza de ellos, ya que era la primera vez que les proponía algo así.
En primer lugar, generé espacios de tiempo de hacer cuestiones juntos en varios horarios del fin de semana, sin tachar el polo de las Actividades que hacen a lo que Recorro respecto de el Camino de la Magia, y colaborando también en la atención de la madre de mi compañero de vida, enferma de altzeimer.
Armé horarios con las distintas actividades, alargando también el momento de ir a dormir, y consideré mi casa como un lugar “donde había que encontrar pistas hacia generar una sorpresa”. Durante la semana, escondí varias pistas (a modo de mensajes cifrados), les propuse cuestiones a cocinar juntos, hacer un taller de comedia (contando chistes), también contar cosas divertidas de mi niñez que ellos no conocían, clases de informática (uno de ellos se divirtió considerando lo que de mi lado ignoro…), aprender palabras del coreano que a dos de ellos tanto les gusta y un taller de gimnasia, brindado por cada uno de ellos. Cada fin de semana viene implicando un recorrido también hacia fomentar la negociación, la mediación, sostenerme en no preguntarles cuestiones de su relación con sus padres más allá de lo que ellos deciden compartir.
Aunque no es que he llegado a donde quiero llegar, sí es cierto que cada fin de semana ha venido uno de ellos (son 3 adolescentes) y que ya en agosto hablan entre ellos hacia decidir quien viene cada vez, incluso preguntan quién es más divertido, o es mejor “huésped”… A mí me exige generar situaciones de disfrute sin tachar el polo de las cuestiones que tengo que atender. Cada fin de semana es todo un borde para mí generar un foco superior, integrando ambas cuestiones, y sin desplazar lo que hace a mi relación con mi compañero de vida.
También me doy cuenta qué lejos estoy de considerar todo lo que tengo que considerar, y qué bien me hace cada cuestión que aprendo del Cuadrado Mágico...de tanto ágape y detalles entre ellos… del qué y el como en lo que consideran… ¡¡de las infinitas maravillas que generan juntos!!
¡¡Gracias!!