Durante este mes, estuve encargándome de identificar todas las situaciones de mi vida en las que dije querer algo, y luego no se supo que pasó con eso que dije.


¿Dónde en mi vida estoy transmitiendo la Enseñanza que digo querer enseñar como Enseñante?

Lo que veo es que, aún cuando en varias situaciones de mi vida cotidiana (con mi familia, relaciones sociales, en mis publicaciones en redes sociales...), quiero Enseñar algo, pocas veces llegué a darle continuidad a lo que quiero transmitir, y aún lo que hago en cuestiones mínimas, gotas de agua que no son suficientes para regar "mi Huerto".


Fruto de la doble lectura de un libro que ya mencioné en mi anterior entrada, dí a conocer -a través de una convocatoria de Lectura abierta- a varias personas ese libro ("Mi Vida Iniciada a los 80....") y una parte de la Enseñanza que Olga B. nos dejó a través de su Testimonio.


Con eso quise interesarme en escuchar lo que el caso de Olga B. nos enseñó, ya que lamentablemente yo fui del grupo de quienes no escuchamos el Mensaje fundamental que Olga B. quiso transmitirnos a través de su caso. Aún cuando sé cual es ese mensaje, no puedo medir en algún sitio que yo lo haya aplicado en mi vida. Lo mismo sucede con otras cuestiones que me exige cumplir el Lugar de Enseñante que yo digo querer. Lugar que sigo dependiendo que otro me lo de, porque no puedo sostenerlo por mí mismo.


Por eso, y por otras cuestiones donde yo no me interesé en lo que dije que me interesa, es que lo que yo enseño, no puede considerarse Iniciático.