Hace unos días una profesora mía en la carrera de Arteterapia, me llamó en el aula y me preguntó -sabiendo que soy consultor terapeuta en decodificación biologica- si le podía algun significado sobre un dolor en el cuello que ella tenía.
Lo primero que pensé es que iba a caer en lugar de salvador y que ademas en el contexto donde todos estaban hablando y el poco tiempo para “profundizar”. Decidí aprovechar la situación y le hice un par de preguntas e invitarla a que si ella quería podía tomar una sesión. Pasó la clase y yo solicité permiso para salir antes. A la media hora me llamó una compañera para decirme que la profesora me agradecía mucho ya que se le habia ido un dolor que sentía hace mucho tiempo. Cuestion que me sorprendió.
A los días me la encontré y me invitó a que prepare una charla para que yo la brinde en otra facultad que ella trabaja y que le aportaría mucho a sus alumnos. Cuestion que le agradecí y acepté.
Pasaron los días y las excusas que me permití me demoraron hasta que hoy decidí enviarle un texto con la charla, los objetivos, cuestiones burocraticas que piden para que lo apruebe la directora de la facultad. Cuestion que yo no quería hacer, porque no me gustan esas cuestiones. Pero gracias a bloquear eso en mí e interesarme en considerar al otro.
Hoy me dijo que mañana hablará con la directora, que ya le envió la información y que es posible que en unas semanas yo vaya a dar un primer encuentro.