He cometido un error, pues publiqué la entrada anterior, “Los dos polos”, sin respetar los referentes ubicados pertinentemente de este blog. 


Es muy peligroso lo que cometí, pues en nombre de Enseñar la Enseñanza, traicioné todo lo que me Enseña la Enseñanza. La Iniciación se basa primero en respetar la palabra dada, que sirve como referente. Si no cumplo lo que acordé y di mi palabra de respetar, me traiciono a mí mismo.


Yo me comprometí a respetar los referentes de este blog, y con la entrada anterior, no respeté mi palabra, y es todavía más grave, porque no solamente ya había faltado a mi palabra al no dar continuidad a mis publicaciones previamente, sino que, peor aún, traicioné a mi lugar de Enseñante. 


Además, en pleno delirio, pensaba que con la publicación del vídeo estaba atravesando un borde interior. Son las estrategias del yo: a base de ocurrencias, te hace creer que vas por el camino orientado, mientras en realidad te está desviando todavía más. O sea, hay que considerar los dos polos: hay que mirar a lo que “sí” está orientado y a lo que “no”, o sea, “eso” enfermo de lo cual el ego está infectando (ocurrencias, faltas de respeto, combate hacia afuera, espera…).


Estoy enviando e implementando desde ya las consecuencias pertinentes ante mi falla, además de mi comunicación pública ante la Escuela y ante ustedes, pues lo peor que podría hacer es ocultar mi transgresión y falta de respeto. 


Quiero utilizar esto para enseñar en qué consiste rectificar. Mi compromiso es que en mis próximas publicaciones yo también tenga que dar testimonio de cumplir mi palabra y responder ante la traición que me permití.