Agosto es el mes del inicio de la segunda mitad del año, fue un mes totalmente desafiante ya que es reconocido como el mes de la muerte, de las grandes pruebas y aquí donde vivo es también el mes de los fuertes vientos que sacuden llevándose todo aquello que no es firme.
Aproveché la fuerza de agosto para hacer morir en mi eso que no quiero en mi vida, tomé la decisión de cambiar hábitos que en nombre de la felicidad me distraen de los objetivos que me propongo y gracias a la Enseñanza Iniciática es que comprendo la importancia de poner el deseo por encima de la necesidad.
El yo me vende que necesito ir detrás de la felicidad, del camino del placer, pero ese camino suele ser por vía de atajos que me ahorran los desafíos, y sin desafíos a atravesar no hay crecimiento, por ende sin desafíos no logro eso que digo desear.
Sin crecimiento los logros son desde la inmadurez y los automatismos en mi, cambiar los hábitos con referentes que me exigen crecimiento es la puerta de entrada para habitar eso que digo querer.
Este mes logré concretar muchisimas ventas en mi empresa y abarcar muchos proyectos en simultaneo, fue realmente un desafío enorme porque me exigió optimizar los tiempos y mucha organización, dos cosas que me resultan muy difíciles y lo logré gracias a no frenarme en justificativos ni creerme víctima de las dificultades que se presentaron.
Hay una frase que escuché de JL y me exhorta siempre al camino del guerrero y es "quien se las ve con lo difícil, la tendrá fácil; quien no se las ve con lo difícil, no conoce lo fácil.
También este mes me exigí dedicarle más tiempo a mi participación en la Escuela E.D.I.P.O. y valorizar lo que me aporta José Luis ya que todo lo valioso que logro en mi vida es Gracias a lo que aprendo en la Escuela y dedicarle tiempo a lo que considero valioso me energiza la vida y me aporta mucha felicidad! Es impresionante que gracias a hacer lo que digo que deseo, la felicidad viene por añadidura y acompañada de crecimiento.
Juan Ignacio Olveira.