Mientras hago este escrito en este rato en que la noche en Buenos Aires suena inquieta, elijo recordar lo que muuchos años atrás pasaba por mi mente en el último día de un año y el inicio del siguiente.
Lo que no viene al caso. Sí viene al caso compartirte que en este cierre de año e inicio del que esta por venir, Agradezco a la Enseñanza por aportarme tanta gracia a mi vida, tanta vida a mi vida, ¡tanta chispa y alegría! Y cuán distinto es cerrar un ciclo y abrir uno nuevo en Enseñanza. Infinita diferencia.
Y a lo largo de este año, uno de los desafíos que sumé en mi vida es escribir en este blog, tanto lo que sí en mi vida logro, como también, lo que no, lo que aún es no, y yo dije que a por Eso iría y aún... no.
Si te intrigó este escrito y lo estás leyendo, ojalá que vos también decidas iniciar el nuevo ciclo permitiendo que ingrese a tu vida la luz más radiante e infinita que conozco, que por milenios y milenios está ahí para quien quiera recibirla: La Enseñanza. Y entonces sí, Feliz Año Nuevo.