Hola!,
En mi escrito anterior hice referencia a integrar la marcialidad y el análisis para situar un estamento simbólico donde edificar mi propia escuela utilizando las iniciales de la palabra imán.
También conté que la decisión de poner un nombre a lo que hasta el momento eran clases de Karate, trajo nuevas posibilidades a mi vida, donde a partir de ese punto, actualmente mis actividades cuentan con 6 participantes en las clases para niños, y 2 participantes en clases para adultos, lo cual entiendo que es un avance importante respecto a lo anterior, y al mismo tiempo algo mínimo en comparación al tamaño de escuela que digo que deseo realizar.
Y de ese punto en particular es del que quiero hablar, ya que La Escuela abrió grandes Oportunidades donde perfectamente yo podría haber aprovechado para integrar a mis “alumnitos” de Karate, con el Proyecto Alumnitos de La Enseñanza. Pero el cocodrilo una vez más decidió TodoNo, y me dejé por fuera de la Oportunidad de integrarme al Equipo de Alumnitos.
A partir de que El Otro se Encargó de Hacer esa Anotación, me interesé en hacer algunas propuestas al respecto considerando lo que yo puedo aportarle al Equipo, pero dichas propuestas están impregnadas de lo que en escritos anteriores mencioné que es lo que me hace fallar : amartía, es decir, quedarme corto.
Entonces nuevamente es necesario tomar fuerzas en estos blogs para que así como hasta 5 entradas atrás, no había conseguido alumnos, y luego de 5 entradas posteriores cuento conmensurables de avances habiendo conseguido participantes para mis actividades, esta vez necesito mayor exigencia en encargarme de atravesar la falla, produciendo integraciones que hasta el momento no hay entre mi vida, mi proyecto de escuela y La Escuela.
En próximas entradas profundizaré respecto a qué cuestiones específicas me dirijo, para entonces llegar a donde quiero llegar.
Agradezco nuevamente esta oportunidad de Recorrido que estos escritos propician, y a cada lector que se interesa en estos blogs.
Atentamente,
Franco Agustin.